Almodóvar en corto: recuperar 'Salomé'




Mi querido amigo Salva Pulido nos recuerda el Almodóvar primero en su blog televisivo y epistolar Cartas de ajuste, en una semana que ha sido de lo más fructífera en referencias televisivas. En el caso del manchego tengo que reaccionar, más aún con motivo de su machada, por Carmen Machi, digo! Porque Almodóvar rinde cuentas al cortometraje tras 30 años alejado del formato, y lo hace con la Machi, su Loles del XXI, con un corto a la medida, La concejala antropófoga, rodado aprovechando la producción de Los abrazos rotos. Almodóvar apunta que "si alguna concejala se siente identificada con ella y se manifiesta, a mí me gustaría muchísimo que lo dijera".
Un corto-promo, qué mejor trailer, como hiciera con su
Trailer para amantes de lo prohibido en beneficio de ¿Qué he hecho yo para merecer esto!, musical de fotonovela protagonizado por una rotunda Josele Román, Bibi Andersen, Ángel Alcázar, Sonia Hoffman y el recordado Poch, por encargo de La Edad de Oro. Mr Pulido says que se trata de "un monólogo puesto en boca de una concejala de asuntos sociales y recupera buena parte del espíritu gore-choni-transgresor-escatológico de aquel cortometrajista que en los 80 dio el salto al cine con Pepi, Luci, Bom... -no sé hasta qué punto en lo explícito de su parte visual como en la ideológica- y tiene más de un guiño a su primer gran éxito internacional, Mujeres al borde de un ataque de nervios". Y recuerda su primer trabajo (el de Almodóvar, no el de Pulido!) en 16 mm, Salomé, que con la excusa bien merece una revisión.
"Quiero la cabeza de tu hijo Isaac para adornar mi florero".
Salomé (1978) es cortometraje a lo Pasolini y Tarkovski dirigido por Pedro Almodóvar, un Jesucristo Superstar a lo cañí, que funde la historia de la princesa Salomé y la de Abraham con el sacrificio de su hijo Isaac. Además, en su afán divulgador, cuenta el origen del velo, con una bella Isabel Mestres, Fernando Hilbeck y un Agustín Almodóvar en plenas facultades cómicas. Su banda sonora es de lo más particular: créditos fieles al espíritu de John Waters (toda una declaración de intenciones!), cutre-dance de velos al ritmo de El gato montés, y momento trágico de hipnosis bajo una partitura raptada de Carrie, del gran gran Pino Donaggio, el final, El sueño de Sue, gran manierismo pop el de De Palma. "Porque Dios estaba un poco mosqueado al ver que Abraham no pecaba nunca. Y que, para que todas las generaciones se acordaran de ese día y lo festejaran, recogiera todos los velos que Salomé se había quitado, para que a partir de entonces las mujeres de su pueblo se cubrieran con ellos en señal de respecto hacia la Iglesia". Uff!