"Si morimos, lo haremos con nuestras ideas, no haciendo cosas raras", afirma el Niño Torres por la cita nacional y futbolística de mañana. Cree, como muchos, que La Roja debe ser fiel a su estilo pa salir airosa. Y es que la cosa no está pa los nervios. Si no, que se lo digan a Anelka, que se hinchó a insultos con el que ya es su exseleccionador. Él sí que ya está fuera del mundial. Ayer tocó Sabina. Entre gatos y sonetos, seguro que el genio de Úbeda se apuntaba a desaprender, para corregir errores futbolísticos y románticos, para salir de la crisis, también.
‘Logofagias’, ‘Tránsitos’ y ahora ‘Gimferrerías’. Túa Blesa es un pope punk que no va a la selección porque no quiere. Sabe que no debe. En su último ensayo poético recién editado, el doctor Túa profundiza de forma brillante en el pensamiento literario de Pere Gimferrer, haciendo propio “un gesto que exige algo así como el olvido de todo lo anterior, o hacer como que se olvida, para empezar a escribir como si todavía no hubiera habido literatura y, así escribir para fundarla”. O (re)fundación, por la existencia del literario reprimido que apunta Túa. Y es que en esto de vivir, una de las grandes actitudes es la de desaprender, para referenciar un nuevo metapoético.
Rebeldía estética para un ‘tout dire’ de Éluard que ponga en crisis todo. En un momento donde se tiende a ocultar, debiéramos desaprender prácticas para redescubrirlas honestas como vez primera, y compartirlas sinceras como verso verdadero. “¿Qué habrá de ser para un poeta transformar el mundo, cambiar la vida?”, se pregunta Túa Blesa y, continúo yo, para poder decir eso de haber vivido “en el tornado de tu claridad”: desaprender, una nueva hoja de ruta para el poeta, el músico, pero también para el futbolista, el tendero, la ejecutiva, la pensionista, el presidente, la funcionaria, el padre, el pescatero que diría Shakespeare, lejos ya de la lírica de los de corazones sucios.