Qué gusto me dio ver en el
Dominical del pasado fin de semana la entrevista y foto de familia de cuatro directores españoles, caracterizados por
tener culo de mal asiento. Son los nominados a mejor realización por los Goyas que se dan en el 2009: Javier Fesser con la surreal y audaz
Camino, Alex de la Iglesia por su ejercicio de género y autor con
Los crímenes de Oxford, José Luis Cuerda con su revisión
fiel a la Guerra Civil desde
Los girasoles ciegos, y Agustín Díaz Yanes recordando a las amazonas urbanas con
Sólo quiero caminar. Se juntó un póker rebelde y tranquilo como película de John Ford, pero los cuatro con inquietud, viviendo su tiempo: Fesser con la Obra en las espaldas como en Con la muerte en los talones, Alex con la reciente bronca con el Observatorio Antidifamación Religiosa por los comentarios de Roswell, el extraterrestre,
sobre la Capilla Sixtina en Plutón BRB Nero —ambos han tenido que salir a la palestra, a hacer declaraciones (!) en pleno siglo XXI—, Cuerda —el anti-yankee— volviendo a realizar discurso para una postguerra como lo hiciera con La lengua de las mariposas, y Tano —el americano— recordándome que se fue del Partido Comunista por una cuestión de aburrimiento. Da gusto verlos juntos.