Bernardo Bonezzi: “No sé si soy verdaderamente moderno” (entrevista en presspectiva.net)

‘El viento sopla donde quiere’, el esperado, atractivo y original trabajo del prolífico e inconformista autor de ‘Groenlandia’.


—La modernidad del pop español pasa necesariamente por Bernardo Bonezzi. Lo verdaderamente moderno, caracterizado siempre por la libertad de pensamiento. De portada embaldosada, una estrella y una brújula: usted, como el viento, pisa donde quiere.
—No sé si soy verdaderamente moderno, lo que sí creo es que he venido desarrollado un sonido muy personal diferente a todos los demás, y eso ya es mucho. No creo que nadie pise siempre donde quiere, si no donde puede o le dejan…

—Juan Gatti le ha sabido coger el punto al envoltorio…
—Sí, somos muy amigos desde hace muchísimos años, y es muy fácil entendernos puesto que hablamos el mismo lenguaje. Le enseñé el disco, le dije el título y que había pensando en una rosa de los vientos; a partir de ahí, el mármol y eso son cosas suyas.

—Y el título, ‘El viento sopla donde quiere’, un chulesco completando a Douglas Sirk.
—Me apasiona Sirk, de hecho, pese a no ser estadounidense, es el director de Hollywood que más me gusta, especialmente rizando el rizo, como en ‘Imitation of Life’. Sin embargo el título se debe más a Robert Bresson, y su película ‘Un condamné à mort s'est échappé ou Le vent souffle où il veut ‘. Gran verdad.

—‘Desde aquí’ es toda una intro marca de la casa de lo más adecuada, ¿se siente BB lleno de placer? ¿Ha disfrutado creando este disco?
—Desafortunadamente nunca me siento lleno de placer, creo que la completa felicidad no existe y solo tenemos breves momentos en los que intuimos lo que puede llegar a ser el placer. Como con cualquier creación, he disfrutado y he sufrido por partes iguales, también porque soy muy exigente conmigo mismo.

—Como en el arranque del disco, sus composiciones rebosan glamour y brillantez, pero siempre acompañadas de quiebros, matices e ironía, melodías que requieren de ‘segundas audiciones’. ¿Barroquismo pop? Creo que catedralicio por las construcciones que Vd hace.
—Efectivamente existe todo eso en el disco, y por lo general los discos que más me gustan son los que requieren muchas audiciones. Especialmente si en cada una de ellas se pueden descubrir elementos nuevos, que habían pasado desapercibidos.

—Como en el cine de Charles Laughton o David Lynch, muchos son los matices que invitan a lo subterráneo, a veces retorcido, otras reflexionando sobre las formas de la apariencia, algo como “esconder el polvo debajo de los muebles”.
—Hay mucha reflexión en mi obra, pero muchas veces hay cosas que se me escapan incluso a mí mismo, que hago de forma intuitiva y no siempre sé porqué las hago. El azar juega un papel muy importante en mi trabajo. Lo importante es que el resultado me resulte atractivo, por lo menos a mí. El público ya dirá.

—Por sí solos, con sólo la música, sus temas son tremendamente narrativos. ¿Herederos de su trabajo para el cine?
—Por supuesto mi trabajo en el cine ha influido mucho, pero creo que desde que empecé me interesó la parte visual de la música. De hecho, en los primeros discos que hice, con mi grupo Zombies, hay temas muy atmosféricos, como ‘La venganza de Cthulu’, ‘Aloha’ o ‘Crimen’. También de ahí me fui acercando a la música cinematográfica.

—¿Por qué ahora un disco con Bernardo Bonezzi cantando? Sigue alargando sílabas con grande sabiduría.
—En los últimos años, había realizado una trilogía instrumental dedicada a las horas del día, ‘La hora del lobo’, ‘La hora azul’ y ‘La hora del té’. Fue instrumental porque sentí que todo lo que tenía que decir podía expresarlo a través de la música, y no tenía nada que decir con palabras. Sin embargo, durante la elaboración del último disco, me empezaron a surgir ideas de canciones y de textos, así que decidí que, una vez finalizada la trilogía, mi próximo proyecto sería un disco cantado, con canciones que no necesariamente tenían que tener una estructura formal convencional. Y de hecho, al final casi ninguna la tiene.

—¿Son las letras la necesidad vital de volver a manifestarse también con nuevas reflexiones?
—Es posible, aunque surgió como una necesidad natural. De hecho toda mi obra no de encargo surge de la necesidad de expresar algo, y después busco el camino que me parece más oportuno para hacerlo.



—¿”Aquellos días de la vida salvaje se acabaron ya”? Una declaración modus vivendi que rabiosamente recuerda a ‘La Herencia’. ‘La vida salvaje’, quizá el tema homenaje más genuino hecho sobre la Movida, con coros a lo Lene Lovich.
—Fue curioso porque me inspiré en chicas un poco colgadas que conocí a finales de los 70 y primeros 80, y cuando me quise dar cuenta había hecho un ‘Walk on the Wild Side’, incluso con el título… Quizás pueda reflejar algo de la Movida, pero supongo que ahora también habrá chicas así aunque no las conozca, con lo cual básicamente la letra trata acerca de llegar a la madurez o al aburguesamiento.

—Desde ‘Hair’ no escuchaba coros tan adecuados y maravillosos. Hay que ver cómo rematan el disco con ‘Atardecer’.
—Muchas gracias. Desde que empecé a plantearme el disco, siempre lo oí en mi cabeza con coros, que además tuvieran presencia y su propia línea melódica, es decir, que no quería que fuera lo que se hace más habitualmente que es abrir en armonía los estribillos. En cualquier caso, ‘Atardecer’ es mi canción favorita del disco.

—Y como David Bowie o Carlos Berlanga, magníficamente escenificador y creador de atmósferas y emociones, como en ‘A la deriva’.
—Compuse esa canción en un momento de verdadera angustia, y no quise dulcificarla en los arreglos. Creo que todo el mundo tiene momentos en la vida en que se siente a la deriva.

—Su disco es diferente, heredero de los sonidos del siglo XX, pero a la par, explorador y tremendamente moderno, y quizá, uno de sus trabajos más luminosos.
—Nunca me doy por vencido y siempre estoy indagando y explorando; cuando ya he hecho algo, repetir la fórmula me aburre. Creo que hay luz y claroscuros en el disco, que considero que lo hacen atractivo y entretenido de escuchar.

—Lo exótico y paradisíaco que ya presidía su trilogía de Las Horas, también está presente en temas como ‘Cuando se acaba la función’.
—Éste es un claro ejemplo de lo que decía antes en cuanto a que las canciones no tenían porqué tener una estructura convencional. Es un tema donde hay estribillo pero no hay estrofa. La había, en su principio, pero no me acababa de convencer, así que pensé que porqué no dejar la parte correspondiente a las estrofas instrumental, y que fueran cantados sólo los estribillos.

—“Cuando se apaga la luz, a veces se acerca una cruz”, “te reclaman el precio pactado, no entres en la luz”, la verdad es que en estos tiempos uno no sabe dónde quedarse…
—Exactamente en donde estamos, en una frágil zona gris.



—‘Extraños juegos’, quizá el mejor de los grandes temas en su exitosa etapa con Los Zombies, antes cerraba el vinilo, y ahora irrumpe jazzístico, en una versión donde lo instrumental lo reinventa de forma magistral. ¿Ha pensado verdérselo a Tim Burton?
—Creo que el resultado final tiene cierto aire a la música de Angelo Badalamenti, con lo cual quizás le iría mejor a David Lynch.

—¿Es el saxo de Bob Sands la otra voz de Bernardo Bonezzi en ‘El viento sopla donde quiere’?
—Realmente el saxo y la guitarra eléctrica en el tema ‘Atardecer’ son como un grito.

—Para acabar, me ha sorprendido encontrar más de una sintonía con el trabajo de El Niño Gusano, desaparecida banda zaragozana capitaneada por el querido Sergio Algora: poesía con pacto por la vida. Seguro que les hubiera encantado interpretar ‘Un cristal oscuro’, por ejemplo.
—No tuve la suerte de conocerlos. La canción es un homenaje a Ingmar Bergman y cuestiona el silencio de Dios, especialmente en la película titulada en castellano ‘Como en un espejo’. De ahí la imagen de la puerta con una araña detrás en la letra.



—Menudo videoclip ha realizado con el temita…
—Es muy sencillo, pero tuve la suerte de encontrar unas imágenes de los años 40 libres de derechos y que funcionaban perfectamente con la canción y lo que quería expresar.

—Un disco visionario… ¿La vida es “cuestión de suerte”?
—En parte.

http://www.myspace.com/bernardobonezzi

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