'El valor de la escena Disney' —Disney Live! Mickey’s Music Festival— (Heraldo de Aragón, 21/11/10)


Qué curioso. Cierto es que el cine español se produce grandemente gracias a nuestros impuestos, pero más aún lo hace la Administración USA con Hollywood, y entre ellos, la factoría animada. Disney Live! Mickey’s Music Festival, de baile y canción, aterrizó esta semana para divertir y adoctrinar a pequeños y grandes, haciéndolo con menos fisuras de discurso que sus largometrajes. Siguiendo las máximas de Lasseter “entretener a todo el mundo en cualquier lugar”, el espectáculo globalizado consigue su propósito, ahondando también en otra de sus consignas: un amor incondicional a sus personajes, como bien muestra la serie Toy Story. Los niños y niñas son grandes prescriptores, como dice Kevin Roberts, con “lealtad más allá de la razón”.

Con un maestro de ceremonias llamado Mickey Mouse y entregados a la causa, por el espectáculo desfilaron veinticinco personajes Disney apoyados en tres de los nuevos clásicos, banderas de nuevas marcas: Aladdin, Sirenita y Toy Story. Prefiero esta puesta en escena al evento de hielo, pues integra mejor trama y protagonistas, mímica y coreografía, y donde además el trucaje clásico convive sencilla y limpiamente con la multimedia de los fondos y demás sorpresas a lo 3D. A resaltar la interpretación gestual y pin up de quien da vida a la Sirenita, la mejor sobre el escenario, fiel a toda opereta, también excelente comparsa de Aladdin, otro protagonista acorde al cartoon que esta vez se olvida de la occidentalización del personaje en beneficio de su rol, sin olvidarnos del saber hacer de Woody, rico en movimientos, detalles y gags, que llenó de empatía al auditorio.

Hay de todo, cierto. Siendo sincero, este tema de los bailes a lo High School me sobrepasan en vacuidad, si bien sobre las tablas lo borda el personaje de Goofy. Guiños para todas las edades, versiones de canciones Disney en clave de poprock, reggae, hip hop incluso country y jazz, así como pinceladas de temas de Madonna o Beyoncé, Disney Live! sale airoso por su apuesta sobria y de calidad, si bien y sin intenciones moralizantes, quedará por integrar en sus discursos más subrayados de educación en valores y convivencia, pues como afirma la amiga Adela Cortina de los aprendizajes, “no se trata sólo de no manipular, sino también de sí empoderar”.