Mientras esperamos un nuevo largo, mi querido David Lynch participa en un cortometraje, esta vez delante de la cámara, no detrás. Se trata de The soul detective dirigido por Davi de Oliveira en el marco del proyecto Boundaries of Thought: Think Tank, un grupo de cortos financiados por el Ministerio de Cultura de Brasil que da a conocer a los nuevos talentos del país al exterior. Un detective entra en un vagón de tren abandonado para llevar a cabo una investigación psíquica de la mente de un asesinado, antes de que sus recuerdos se borren. El director homenajeado interviene a través de una entrevista, y también de otras maneras que el espectador debe descubrir.
Lynch estuvo también en Brasil para participar en el Ciclo Fronteras del Pensamiento Copesul Brasken en la Universidad Federal do Río Grande do Sul, y mover su libro autobiográfico sobre creatividad, cine y meditación trascendental Atrapa el pez dorado. Para el director de Carretera perdida, la meditación no es una religión: "La meditación trascendental puede terminar con la violencia de Río", dijo Lynch en su faceta de predicador del pensamiento de su gurú Maharishi Mahesh Yogui. Río de Janeiro es una de las ciudades más violentas del mundo con una tasa anual de homicidios de casi 50 por cada 100.000 habitantes. Hace 35 años que el director practica esta técnica y en julio de 2005 creó la David Lynch Foundation, que trabaja en programas de educación basada en la conciencia y la paz mundial en escuelas públicas y privadas de Estados Unidos y el resto del mundo.