'Bonezzi liberado' (Heraldo de Aragón, 07/02/10)


”Aquellos días de la vida salvaje se acabaron ya”. A veces se afirma con bendita locura porque parece que no haya forma humana de parar, como el nuevo ‘Teniente corrupto’ de Herzog. Vuelve Bernardo Bonezzi y además cantando, alargando sílabas con grande sabiduría. Mañana lunes 8 de febrero sale a la venta ‘El viento sopla donde quiere’, un atractivo y original trabajo del prolífico e inconformista autor del ‘Groenlandia’ de la Movida. Groenlandia, como el bar que Galatea quiere que vuelva a abrir, sintonía elegida por Hacienda para su campaña. Y viento, sí, por no desgastar culturalmente tanto ‘cierzo’.
La modernidad del pop español pasa necesariamente por BB, que no es la Bardot pero es todo un star haciendo pacto con el cosmos y su estética. Moderno, caracterizado por la libertad de pensamiento, el título del disco se le debe a Robert Bresson, y su película ‘Un condamné à mort s'est échappé ou Le vent souffle où il veut ‘. De portada, una baldosa estrella y brújula, made in Juan Gatti. Y, de paso, que no ‘de vuelta’, la ceja al aire. Pop sin conservantes, en este nuevo disco se puede encontrar más de una sintonía con El Niño Gusano del Capitán Sergio Algora: poesía con pacto por la vida. Seguro que les hubiera encantado interpretar ‘Un cristal oscuro’, por ejemplo, homenaje a Ingmar Bergman. Venga, Tachenkos, una versioncita, please.
Con la otrora pseudojazzística del Zombies ‘Extraños juegos’, el niño prodigio de la Movida se mantiene requetesabio, con frase solemnes como: “Cuando se apaga la luz, a veces se acerca una cruz”. Y musicalmente siempre ha sido una barbarité: coros en línea melódica, glamour, brillantez y gran cantidad de matices, barroquismo pop, un disco catedralicio que no obstante, como dice, enseña a “esconder el polvo debajo de los muebles”, ¿una gran virtud? Un Bonezzi liberado, como el Prometeo, con esto del cantar. Y nosotros, a escuchar, a coser ‘todas sus secuencias’.