Jonás Trueba estrena hoy largometraje en los cines de toda España, Todas las canciones hablan de mí. Enhorabuena, co, bro. Víctor García León lleva dos películas a sus espaldas, de coguionista también con Jonás, Más pena que Gloria (2001) y Vete de mí (2006). La verdad es que ya han pasado unos años de Cero en conciencia (2000) o incluso más de El gilipollas (1996). Recuerdo con cariño la moraleja y simpatía de Cero en conciencia, que ya adivinaba el timbre de voz de Jonás, con la ya absoluta y genial complicidad de su otro coguionista, Daniel Gascón. De la nueva peli de Jonás me gusta mucho eso de las generaciones obsoletas, no por cuestión de las manidas tecnologías, sino por la cultura y los sentimientos, en un ejercicio de honestidad cotidiana y amorosa sinceridad. Porque los sabios discursos de generación muestran de forma bella todas las referencias de unos y de otros, de padres, madres e iguales, que han hecho que seamos como somos, perdidos y torpes, sabios y héroes, sin hacer de ello retrato, sino de lúcido cupido escriba del juego del desamor. ¡Ay, el tiempo ladrón! Felicidades amigos, ¡a seguir asín de bien!
Jonás Trueba estrena hoy largometraje en los cines de toda España, Todas las canciones hablan de mí. Enhorabuena, co, bro. Víctor García León lleva dos películas a sus espaldas, de coguionista también con Jonás, Más pena que Gloria (2001) y Vete de mí (2006). La verdad es que ya han pasado unos años de Cero en conciencia (2000) o incluso más de El gilipollas (1996). Recuerdo con cariño la moraleja y simpatía de Cero en conciencia, que ya adivinaba el timbre de voz de Jonás, con la ya absoluta y genial complicidad de su otro coguionista, Daniel Gascón. De la nueva peli de Jonás me gusta mucho eso de las generaciones obsoletas, no por cuestión de las manidas tecnologías, sino por la cultura y los sentimientos, en un ejercicio de honestidad cotidiana y amorosa sinceridad. Porque los sabios discursos de generación muestran de forma bella todas las referencias de unos y de otros, de padres, madres e iguales, que han hecho que seamos como somos, perdidos y torpes, sabios y héroes, sin hacer de ello retrato, sino de lúcido cupido escriba del juego del desamor. ¡Ay, el tiempo ladrón! Felicidades amigos, ¡a seguir asín de bien!