Mis dos grandes, Carlos Berlanga y Miguel Dantart


Si hace poco hablaba de la precocidad y lo prolífico de Bernardo Bonezzi, hoy toca el turno a mis dos voces favoritas en castellano, las de Carlitos Berlanga y la de Miguel Dantart. Ambos bebieron y gozaron de la fuente de Antônio Carlos Jobim, y ambos son grandes solistas y tremendos compositores, también terribles enfants, repletos de poesía y talento. El gran Berlanga nos dejó y siempre le recordamos con sus ritmos modernos y amables, y siempre nos quedarán sus consejos y sabias letras, grande también en los estribillos, tremendo. Mi compañero de pupitre de EGB, Ibon Errazkin, le produjo su última joya, Impermeable. Me acuerdo de Ibon, ¡él de Marley, yo de Dylan!

Miguel Dantart rompió el panorama pop de la canción de autor con su primer disco, repleto de temazos por los cuatro costados —Miguel Dantart (Polygram, 1997) “inspirado en la calle y cantado en tercera persona”—, al que luego siguieron otros estupendos trabajos, como Bipolares (Naïve, 2003), o Ley Ginebra (Villaamil, 2007). Dantart tiene la capacidad de componer —con una particular fusión sonora urbanita— historias que nos hacen a todos más astronautas, con más capacidad de despegar y volar, más felices, aventurándonos en sus bellos sonidos. Las composiciones y voz de Miguel poseen las virtudes del Shakespeare más noble, pues son capaces de dar sosiego a lo cotidiano y pintar de forma sonora acordes de notoriedad, reformulando con frescura el manido género del cantautor como todavía nadie ha hecho. Os dejo con una selección de Miguel Dantart.